NUESTRA VOCACIÓN POR LA PREPARACIÓN DE LA OPOSICIÓN DE INSTITUCIONES PENITENCIARIAS EN CANTABRIA: HISTORIA DE SUS PRESOS MÁS IMPORTANTES

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Historia de algunos de los presos más famosos de la Historia de Cantabria

Se trata de los grandes olvidados de la Historia de cualquier país, pero como se decía en la serie de RTVE, la huella del crimen, la historia de un país es también la historia de sus crímenes. Crímenes que dejaron huella. De hecho, existe una gran fascinación en la sociedad por este mundo del crimen y su anverso, que son las fuerzas de la ley y la justicia. En este caso, toca hablar de aún un último peldaño en esa cadena y son los funcionarios de prisiones. Un tercer escalón en la lucha contra el crimen que incluso es preventivo, porque se intenta que esa persona que ha cometido un ilícito se transforme en un/a ciudadano/a pacífico/a y normal.

Hoy queremos compartir con vosotros/as estas historias de algunos de los internos más reconocidos de Cantabria. Somos especialistas en formar opositores para Instituciones Penitenciarias en Santander y nos gusta lo que hacemos.

José Martí, el considerado padre de la independencia cubana, estuvo deportado en Santander

El paso por Santander de una de las figuras más importantes de América en el siglo XIX no ha merecido mucha atención por parte de los propios habitantes de esta ciudad. Se trata de José Martí, hijo de españoles nacido en Cuba, de cuyas aspiraciones nacionalistas llegó a ser una de las figuras más destacadas. De hecho, se enfrentó físicamente al ejército español en muchas ocasiones y acabó muerto en combate, aunque antes que eso tuvo que sufrir las consecuencias penales de sus ideas políticas y fue deportado a España a mediados del siglo XIX.

Tal y como está publicado en un libro sobre el hampa de Santander, Los cuatro naufragios del Capitán, la cárcel que le correspondía a este señor era una que ya no existe. Un presidio incluso anterior al que muchos hemos conocido en la Calle Alta, la antigua Cárcel Provincial de Santander, que se situaba justo encima del Pasaje de Peña. Una cárcel tercermundista que el gran poeta marino de Santander, José del Río Sainz, describió como una auténtica escuela de delincuentes. Justo lo contrario de lo que debería ser un centro penitenciario.

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Pues bien, podemos decir que el paso de José Martí por esta cárcel fue casi inexistente. Se puede decir que ni la pisó, puesto que fue enseguida llevado a Madrid en una especie de gira, más que condena pura y dura. Eso sí, su estancia entre nosotros le impresionó tanto que escribió los que para mí son los más bellos poemas sobre Santander y sobre todo sus mujeres.

El Capitán Teodosio Ruiz González, protagonista de Los cuatro naufragios del Capitán

Estamos ante el auténtico Alatriste del siglo XIX en Santander. Un curioso Capitán de la Marina Mercante montañés que se dedicaba a transitar, en sus tiempos de ocio en su ciudad, los más bajos fondos de lo que entonces era uno de los puertos más activos de España y del mundo. Un universo de delincuentes, adictos al juego y el alcohol y policías corruptos, donde Teodosio vivía aventuras que superan cualquier novela.

Y en concreto sus violentos encontronazos con estos policías corruptos, que se dedicaban a proteger a todos los chorizos y proxenetas, le hicieron merecedor de algún que otro hospedaje en distintos calabozos de la ciudad.

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Para empezar, sabemos que fue huésped habitual de los calabozos de la Prevención de Santander, que es como se llamaba esa antigua comisaría. Un lugar complicado, donde no sólo reinaba la corrupción, sino también dos látigos enormes que el poeta José Del Río Sáinz llamaba latigofundios. Y hasta tenían nombres propios, Lagartijo y Frescuelo, en honor a dos famosos toreros de la época, que se veían acompañados por un garrote al que conocían como la señorita torera. Y estos policías corruptos se dedicaban a golpear con ellos a mucha gente, desde mendigos a rateros o en general pobres diablos que no podían defenderse. Sin duda un oscuro episodio en la remota Historia de la Policía Local de Santander que no tiene nada que ver con la actual idiosincrasia del Cuerpo. Y recordaros que tenemos los mejores temarios para las pruebas de acceso de la Policía Municipal de Santander, Instituciones Penitenciarias, Guardia Civil, etc.

Pildorita: el único superviviente del asalto al Expreso de Andalucía

Hablamos ahora de un crimen que pronto cumplirá su 100 aniversario. Uno de los atracos más famosos y brutales de la Historia de España, perpetrado de más en un periodo de especial dureza contra el mundo del crimen: la dictadura de Miguel Primo de Rivera.

Se trata de un asalto a mano armada tremendo muy mal tanto para las víctimas como para los agresores. Tampoco queremos contar aquí todos los detalles puesto que hay incluso una película sobre el asunto. Sobre el destino de los asaltantes, cabe destacar que sólo sobrevivió este cubano afincado en España, al que llamaban Pildorita por sus conocimientos de farmacia. Y fue a parar a una de las cárceles más seguras de España, ya por aquella época: El Dueso.

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Los demás integrantes de esta banda de malhechores recibieron garrote vil en el propio recinto penitenciario en el que cumplían penas y que no era El Dueso. Centro penitenciario en cuyos muros ondeó la bandera negra que se izaba cuando se había ejecutado la pena máxima. Destino fatal del que se libró pildorita por su más ligera participación en los hechos luctuosos del asalto al Expreso de Andalucía.

Pildorita sobrevivió a su condena y pudo salir del Dueso, entre otras razones, para poder cuidar de su madre, que estaba muy mayor.

Rafi Escobedo: el presunto asesino de los marqueses de Urquijo

Rafi Escobedo es un nombre que a muchos ya no le dice nada, pero en su día se trató de uno de los personajes que todo el mundo en España conocía. Se trataba del yerno de los marqueses de Urquijo, personajes muy importantes en la burguesía de Madrid, asesinatos a sangre fría en su dormitorio mientras dormían. Un crimen de película que conmovió a toda una generación y para el cual hacían falta culpables: eso es que casi toda España interpretó que no eran precisamente Rafi Escobedo, puesto que la propia sentencia ya de por sí reconocía que si lo hizo fue «solo o en compañía de otros«.

La realidad de este crimen de película de serie B es que hay muchos más interrogantes que respuestas. Y uno de los puntos más oscuros de todos fue precisamente la muerte de Rafi Escobedo, presuntamente ahorcado en su propia celda en El Dueso, en 1988, justamente después de decirle a un famoso periodista que iba a empezar a contarlo todo. Una muerte que nunca fue aclarada, como tampoco lo fueron las de sus suegros, aunque sabes muchas más cosas de las que el pueblo español llegó nunca a ser informado.

El Mataviejas: uno de los peores asesinos en serie de España

Se trata de un caso todavía bastante reciente y que todavía causa todo el horror de los que vivieron y leen aún hoy sus andanzas. Ácido como el Mataviejas era un agresor sexual y asesino de señoras de avanzada edad en cuyos domicilios se introducía para realizar estos crímenes. Un personaje siniestro de Santander que pasó por El Dueso y a quien los propios internos no dieron ocasión de salir nunca de allí. Y es que un grupo de ellos, liderados por un tal zanahorio, lo apuñalaron en el mismo interior de la cárcel, con resultado de muerte inmediata. Una situación, ésta última, que no es frecuente en el sistema penitenciario español, pero se trata de presos que tienen una especial vulnerabilidad por la vileza de sus crímenes.

La vocación por preparar Instituciones Penitenciarias en Cantabria

Como podemos ver, la historia de las Instituciones Penitenciarias en Cantabria es tan variopinta como tremenda, en algunas ocasiones. En línea con lo que se estilaba en el resto de España y del mundo, pues estas prácticas eran comunes por aquellas épocas. Tanto la pena de muerte como los malos tratos a los condenados y sospechosos, malas prácticas en el funcionariado de las Instituciones Penitenciarias, etc. Más parece un escenario de lo que ahora son países en desarrollo y que estamos acostumbrados a ver, por desgracia, todavía hoy. Sin embargo, por fortuna, el Estado de Derecho ha avanzado mucho en este sentido. La Policía Local de Santander es hoy en día un cuerpo bien organizado y que funciona el servicio de los ciudadanos, cosa que no era así al principio del siglo. Lo mismo se puede decir del personal de las instituciones penitenciarias de Cantabria y de toda España.

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